Con premura y el mayor de los cuidados, la enceguecida niña fue preparada para el baño curativo. Muy liviana de atavíos, fue sumergida una y cien veces en las aguas sanadoras. Hasta que comenzó a recuperar la vista y, maravilla, pudo observar el esplendor de la pampa y los incomparables tamarugos, que dominaban con su deslumbrante belleza. |
3 comentarios:
Muy lindos colores y composicion!! que bello tu trabajo! es un gusto pasar por aca!
Gracias Sandra!!!
Muchas Gracias... necesitaba hacer una guia para mis niños y me sirve mucho la imagen :D
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